Alguien me contó cuando estudiaba en Granada una historia de alguien a quien le habían implantado unos dientes que se cayeron al poco tiempo, y solo se le veían unos tornillos taladrados en las encías.
Esa imagen me impresionó tanto que no tuve más remedio que dibujarla. Los tornillos me parecieron complicados de dibujar y dejé el dibujo apartado hasta que lo he terminado esta noche.

No hay comentarios:
Publicar un comentario